Enrique Ponce y Daniel Luque han paseado una oreja cada uno en el séptimo festejo de la feria de Albacete, con una corrida aburrida en su primera parte pero que mejoró a la salida del cuarto y, sobre todo, del quinto, el mejor toro de un encierro manso de Samuel Flores.
Precisamente con ese ejemplar el sevillano protagonizó los mejores pasajes de la corrida. Daniel demostró buen nivel con el de Samuel Flores, noble y que iba a los engaños con alegría y humillando aunque no exento de complicaciones, una vez que también medía al torero. Luque, asentado y gustándose, cuajó tres tandas muy templadas por el pitón derecho. Tras un pinchazo y estocada trasera le otorgaron la oreja.
Con su primero, Luque poco pudo hacer con un ejemplar manso y descastado. Al hilo al comienzo de faena, sufrió varios enganchones. Solamente pudo poner disposición.
La otra oreja del festejo fue a parar a manos de Enrique Ponce en el cuarto. Fue ese otro toro manso de Samuel que acabó rajándose, pero que hasta ese momento tuvo algo más de recorrido y clase que los tres primeros. El valenciano lo llevó humillado y toreado en dos tandas por la diestra y otra más al natural, toreando con temple y largura. Sacó casta el torero, aunque falló de nuevo en la colocación y sobre todo a la hora de entrar a matar.
Ponce realizó una faena larga a un primer toro complicado y sin clase, abusando del toreo ventajista para lograr una tanda meritoria por el derecho. Al de Samuel le costó humillar y el de Chiva pasó algún que otro apuro a la hora de entrar a matar.
Voluntarioso estuvo Rubén Pinar con el manejable pero descastado tercero, que derrochó una sosería desesperante. El albaceteño no acabó de asentar las zapatillas con un manso de solemnidad que se lidió en sexto lugar y que llegó a la muleta calamocheando y sin clase. La faena careció de interés.
